Los sombreros para pensar permiten incluir en una discusión una gran variedad de puntos de vista y perspectivas, mientras se mantiene el enfoque en un problema actual. Es una técnica que puede utilizarse para motivar a las personas a ver un tema desde un número variado de enfoques, convirtiendo lo que puede ser una cuestión muy compleja, en un punto de enfoque para estimular la conversación. El equipo aprende a separar el pensamiento en seis funciones o roles claros, observando todos los lados de un problema. Al estructurar la plática alrededor de estos distintos puntos de vista se evitan debates interminables y que fluyen libremente, creando una discusión significativa y enfocada. Esta técnica se popularizó con el libro Seis Sombreros para Pensar (De Bono, 1985).
Cada uno de los sombreros tiene un tema diferente, que indica un punto de vista particular. En un grupo todos los miembros de un equipo piensan en un tema utilizando la variedad de sombreros, esto ayuda a enfocarse en el tema desde un punto de vista a la vez. Esto también ayuda a obtener contribuciones de todos los participantes. Este conjunto de ángulos destapan nuevas formas de lidiar con un problema particularmente difícil, por ejemplo, haciendo que un conflicto demasiado familiar se sienta “extraño” otra vez, ayudando a que los equipos desarrollen un entendimiento en común.